2 copia 150ppp
20470 150ppp
20431 150ppp
20440 150ppp
20417 150ppp
20401 150ppp
20469 150ppp
20444 150ppp
20446 150ppp
20451 150ppp
20464 150ppp
20459 150ppp
2 copia 150ppp
20470 150ppp
20431 150ppp
20440 150ppp
20417 150ppp
20401 150ppp
20469 150ppp
20444 150ppp
20446 150ppp
20451 150ppp
20464 150ppp
20459 150ppp

Hospital Tierra de Barros en Almendralejo. Badajoz

Project details

  • Premios: 1º Premio concurso público
  • Situacion: Badajoz
  • Fecha: 2002-2007
  • Fecha concurso: 2002
  • Fecha Proyecto: 2003
  • Fecha Obra: 2003-2006
  • Cliente: Junta de Extremadura. Consejería de Sanidad
  • Superficie construida: 15.000 m²
  • Superficie de actuacion: 30.000 m2
  • Presupuesto: 15,644,025 €
  • Autores: Jerónimo Junquera
    Liliana Obal
  • En Colaboración con: EACSN S.L
  • Director de proyecto: José Blázquez
  • Estructuras: Victor Ríos
  • Instalaciones: EURING
    José María Fernández Arrufat
  • Contratista: PLACONSA
  • Fotografia: Jesús Granada

PRIMER PREMIO en el concurso público convocado por la Consejería de Sanidad de la Junta de Extremadura para la implantación de un Hospital en la comarca conocida como Tierra de Barros (Badajoz). Este proyecto ha supuesto la profundización en los nuevos conceptos hospitalarios con que las administraciones quieren abordar las nuevas infraestructuras sanitarias.

En este caso, fue fundamental para el diseño del hospital, la decisión política de la Junta de Extremadura, de implantar sus nuevos hospitales en edificios de una sola planta. Una política que responde al intento de construir hospitales más amables y humanos para los pacientes y familiares.

Esta política, que supone un mayor consumo de recursos (mayor repercusión de cubiertas, cimentaciones, instalaciones…), conlleva, sin embargo, una mayor calidad funcional, espacial y afectiva de los espacios generados que se trasmite a trabajadores, pacientes y familiares, trasmitiendo bienestar y mejorando el ambiente de trabajo de sus empleados.

Nuestra propuesta se basa en una tipología clásica de malla ortogonal con dos accesos opuestos, uno publico y otro interno completado con una conexión lateral para urgencias. La malla circulatoria da servicio a uno espacios edificados a modo de naves repetitivas que van alojando los usos definidos en el plan funcional con suma libertad. Intercalados en estas naves se disponen unos patios para iluminar y ventilar, dimensionados en función de las condiciones climáticas del lugar.

Si todo edificio público debe ser fácil de entender, tanto por el personal como por el público, en un hospital es un requisito imprescindible.
 
Este entendimiento espacial debe encontrarse en el proceso circulatorio desde la aproximación (su imagen en el territorio), para a seguir con las puertas (la interna, la publica y las urgencias), y luego la acogida (los vestíbulos y la información) .
 
Una vez en el interior debe ser fácil identificar distintos itinerarios: los servicios auxiliares (cafetería, capilla, administración, etc…) de los servicios asistenciales, servicios ambulatorios (consultas, pruebas etc..), etc.

Los hospitales de Extremadura deben dar respuesta a los condicionantes del lugar y del emplazamiento sin caer en infantiles simbologías regionalistas, es decir, sin renunciar a lenguajes y materiales actuales utilizados como respuesta a los condicionantes del lugar y aprendiendo de los recursos que la arquitectura popular ha ido decantando con los años para responder lo mejor posible a los rigores del clima extremeño.

Es quizás EL PATIO la pieza clave de la arquitectura Mediterránea. Permite crear microclimas intermedios entre el exterior y el interior. Ni estrechos ni anchos, con pérgolas, con plantación, con agua etc… de la cantidad de elementos que se dote dependerá su eficacia. Hoy por hoy hay poca confianza en estas medidas y los patios, mejor o peor cuidados, se limitan a una función higiénica de ventilación e iluminación, pero en los casos que se le dotan de filtros vegetales o artificiales y fuentes el confort aumenta.

Extremadura tiene garantizada una iluminación natural durante todo el año a costa de recibir una gran carga de radiación calorífica, que hay que aprovechar en los días fríos, pero que hay que evitar en los calurosos.

Sobre todos los patios del hospital se superpone un filtro solar “un cañizo moderno” consistente en una malla de aluminio estirada que permite la entrada de la radiación solar en invierno e impermeable a la radiación vertical de los solsticios calurosos. Su densidad garantiza una perfecta ventilación y percepción visual de los cambiantes cielos extremeños.

En cuanto a los revestimientos del hospital, se apuesta por recuperar los tradicionales morteros y estucos de cal como acabados de la mayoría de los paramentos del edificio.

Los revestimientos de cal, tan antiguos y nobles, se han utilizado desde los orígenes de la construcción. Son los más afines a nuestra propia naturaleza. El calcio -la cal- después del agua, es el material que con mayor proporción forma parte de la naturaleza de los seres vivos, por ello nos sentimos afines a ella, por ello su utilización es siempre acertada. El edificio es una prolongación de nosotros mismos. Esta afinidad produce en nuestro subconsciente tranquilidad y sosiego.

Con la utilización de estos materiales se ha querido transmitir a los usuarios del hospital Tierra de Barros, la paz, la tranquilidad, la confianza y el sosiego tan necesarios en los momentos angustiosos e inolvidables de la vida que transcurren en un hospital.

El color y textura de la Tierra de Barros se lleva a los paramentos del hospital intentando dar una sensación tranquilizadora a los pacientes de esta fértil comarca que aún siguen en la tierra en que nacieron. Así, el Hospital consigue una sensación única que como las plantas que cultivan nace de su propia tierra.

No se olvida el reto y esfuerzo que ha supuesto conseguir el color “Tierra de Barros”, que hasta entonces no habíamos apreciado todos sus matices. No contamos con el color cambiante de la tierra de cultivo que tomábamos como patrón: si llovía, el color de la tierra húmeda matizaba al de su estado seco; si se araba variaba en su estado removido, suelto. Gracias a al trabajo, intuición y conocimientos de los intervinientes en ejecución de estos materiales se consiguieron unos paramentos que reflejan fielmente el color, textura y sensaciones que evoca la “Tierra de Barros”

Todavía hoy, cuando pasamos cerca del Hospital, lo entendemos como verdaderamente nacido de la tierra y nos satisface pensar que los usuarios, que nacieron y viven en la comarca, entran en él con la confianza que se tiene ante lo conocido, lo propio,…, lo cotidiano.