“Por su integración compositiva en la trama existente, sin renunciar a un lenguaje arquitectónico contemporáneo, estableciendo un diálogo inteligente con la arquitectura del Observatorio Astronómico de Juan de Villanueva, sin mimetizarse ni rivalizar con ella. Asimismo por calidad profesional del proyecto y cuidado en la ejecución del detalle.”
 
Acta del fallo del jurado, Premio de Arquitectura, Obra Pública y Corporativa, “Premios COAM 2003. (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid).”
Fundación COAM, Madrid 2003.
La diferencia de altura provocada por las diferentes rasantes de las calles provoca la aparición de un volumen sobre el coronamiento de la fachada. El tratamiento totalmente acristalado de este volumen emergente permite reducir de modo sustancial su impacto visual sobre los niveles inferiores.
Al edificio se accede por la calle Alfonso XII, mediante unas puertas de intencionada poca altura, que dan paso de manera sorpresiva a un vacío interior, atrio que se desarrolla en toda la altura del edificio y que, iluminado cenitalmente, articula los espacios de distribución de todas las plantas.
El emplazamiento del edificio señala los acabados de las fachadas exteriores, vidrio y piedra. La proporción entre ambos varía a medida que la fachada se aleja de la alineación de la calle para convertirse en muro totalmente acristalado en las últimas plantas.

Una composicion de huecos planos y profundos, una constante en la arquitectura del ensanche del siglo XIX de Madrid.

Una doble lectura compositiva que superpone la composicion vertical con la horizontal.